Ahí tenéis a la mujer valiente. Por San Aelredo de Rielvaux

 

Hoy, Dios, el Padre, ha encontrado a esta mujer para santificarla; el Hijo la ha encontrado para habitarla; el Espíritu Santo la ha encontrado para iluminarla… El ángel la ha encontrado para saludarla así: “Dios te salve, llena de gracia, el Señor está contigo”. Ahí tenéis a la mujer valiente, aquella en quien la ponderación reemplaza a la curiosidad, en quien la humildad excluye toda vanidad, en quien la virginidad se mantiene libre de toda voluptuosidad. Está escrito: «El ángel entró en su casa». No la encontró, pues volcada hacia el exterior, hacia fuera; estaba en el interior, en su cuarto oculto, donde oraba a su Padre en el secreto (Mt 6,6).

San Aelredo de Rielvaux, Sermón 59, III sobre la Anunciación.

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