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Lo que nadie envidia: el último lugar. Por Santa Teresa del Niño Jesús

  1 de octubre/ Memoria de Santa Teresa del Niño Jesús La sola cosa que nadie envidia es el último lugar. Este último lugar es, pues lo único que no es vanidad y aflicción de espíritu... (vº) Sin embargo, «el hombre no es dueño de su camino», y a veces comprobamos con sorpresa que estamos deseando lo que brilla. Entonces, coloquémonos humildemente entre los imperfectos, considerémonos almas pequeñas a las que Dios tiene que sostener a cada instante. Cuando él nos ve profundamente convencidas de nuestra nada, nos tiende la mano; pero si seguimos tratando de hacer algo grande, aunque sea so pretexto de celo, Jesús nos deja solas. «Cuando parece que voy a tropezar, tu misericordia, Señor, me sostiene» (Salmo XCIII). Sí, basta con humillarse, con soportar serenamente las propias imperfecciones. ¡He ahí la verdadera santidad! Cojámonos de la mano, hermanita querida, y corramos al último lugar... Nadie vendrá a disputárnoslo.. Carta a Sor Genoveva. Cta 243. 7 de junio de 1897.

Consagración a Nuestra Señora de La Salette

María, la madre siempre amorosa, mostró su dolor. Por San Juan Pablo II

Brille la cruz del Verbo

El Santísimo nombre de María. Por San Bernardo

Una Rosa de gracia.

Su muerte aportó la verdad. Por San Máximo de Turín

María es reina en el servicio. Por S.S. Benedicyo XVI

En el cielo tenemos una madre. Por S. S. Benedicto XVI

Amemos sin límites. Por San Maximiliano Kolbe

Señor nuestro, aquí nos tienes dispuestos a escuchar. Por San Josemaría Escrivá

El perdón de Asís. Por S.S. Benedicto XVI

¿Por dónde nos vienen más gracias que por la pasión de Jesucristo? Por San Alfonso María de Ligorio

Oración a San Chárbel

¡Dios lo permite! ¡Es su voluntad!: San Chárbel