"Al hombre le fue concedido, en la misma creación universal, no sólo el existir, ni únicamente, como a las demás criaturas, el ser bueno, hermoso y ordenado, sino que se le otorgó también el poder ser bienaventurado. Pero ninguna criatura existe por sí misma, ni por sí misma es buena y hermosa, sino que todo ello lo recibe del que es; por ser éste en extremo bueno y hermoso, su bondad es fuente de todas las bondades, y su hermosura lo es de todas las bellezas creadas, y causa de todo cuanto existe".
San Elredo de Rieval . En Espejo de la caridad. Cap 3.
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