13 de julio/ Memoria de Santa Teresa de Los Andes y centenario de su muerte.
"Créeme. Sinceramente te lo digo:
yo antes creía imposible poder llegar a enamorarse de un Dios a quien no veía;
a quien no podía acariciar. Mas hoy día afirmo con el corazón en la mano que
Dios resarce enteramente ese sacrificio. De tal manera siente uno ese amor,
esas caricias de N. Señor, que le parece tenerlo a su lado. Tan íntimamente lo
siento unido a mí, que no puedo desear más, salvo la visión beatífica en el
cielo. Me siento llena de El y en este instante lo estrecho contra mi corazón
pidiéndole que te dé a conocer las finezas de su amor. No hay separación entre
nosotros. Donde yo vaya, El está conmigo dentro de mi pobre corazón. Es su
casita donde yo habito; es mi cielo aquí en la tierra. Vivo con El y, a pesar
de estar en los paseos, ambos conversamos sin que nadie nos sorprenda ni pueda
interrumpirnos. Si tú lo conocieras lo bastante, lo amarías. Si estuvieras con
El una hora en oración, podrías saber lo que es cielo en la tierra".
Santa Teresa de los Andes. Carta 40. A Elena Salas González. En Obras
completas. Burgos. Monte Carmelo. 1995.
Gracias, debo intentar conocerle, para poder algún día gustar de El.
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