"La Luz increada, como el sol, ilumina el mundo espiritual y permite ver los invisibles caminos espirituales. Sin ella el hombre no puede conocer ni contemplar, menos aún cumplir los mandamiento de Cristo., pues permanece en las tinieblas. La Luz increada trae consigo la vida eterna y la fuerza del amor divino; o, mejor, ella es esta Vida Eterna y este dino Amor".
Archimandrita Sophrony. Vida y enseñanzas de San Silouan el Athonita. Salamanca. Ediciones Sigueme.2014, p 180.