Llevaste en tu seno al que los cielos no pueden abarcar.


"No sé con qué alabanzas ensalzarte,
oh santa e inmaculada virginidad,
porque llevaste en tu seno
al que los cielos no pueden abarcar.
Bendita tú entre las mujeres
y bendito el fruto de tu viente".

Fuente: Responsorio del oficio de lectura (De la liturgia reformada)

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