El cristianismo se resume entero en la palabra amor: es un deseo ardiente de felicidad para nuestros hermanos, no sólo de la felicidad eterna del cielo, sino también de todo cuanto pueda hacerle mejor y más feliz esta vida, que ha de ser digna de un hijo de Dios.
Fuente: San Alberto Hurtado. Extracto de La sangre del Amor. Congreso de los Sagrados Corazones, 1944. En:Un fuego que enciende otro fuego. Páginas escogidas de San Alberto Hurtado. Centro de Estudios San Alberto Hurtado Pontificia Universidad Católica de Chile. Santiago. 2004. 46.
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