3 de julio/ Fiesta de Santo Tomás Apóstol |
Como sabemos, ocho días después, Jesús vuelve a aparecerse a
sus discípulos y en esta ocasión Tomás está presente. Y Jesús lo interpela:
«Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y
no seas incrédulo sino creyente» (Jn 20, 27). Tomás reacciona con la profesión
de fe más espléndida del Nuevo Testamento: «Señor mío y Dios mío» (Jn 20, 28).
A este respecto, san Agustín comenta: Tomás «veía y tocaba al hombre, pero
confesaba su fe en Dios, a quien ni veía ni tocaba. Pero lo que veía y tocaba
lo llevaba a creer en lo que hasta entonces había dudado» (In Iohann. 121, 5).
El evangelista prosigue con una última frase de Jesús dirigida a Tomás: «Porque
me has visto has creído. Bienaventurados los que crean sin haber visto» (Jn 20,
29).
Fuente; S.S. Benedicto XVI. Extractos de Audiencia general del 27-09-2006.