Oración al fallecimiento de un ser querido
¡Oh Jesús, único consuelo en las
horas eternas del dolor, único consuelo sostén en el vacío inmenso que la
muerte causa entre los seres queridos! Tú, Señor, a quién los cielos, la tierra
y los hombres vieron llorar en días tristísimos; Tú, Señor, que has llorado a
impulsos del más tierno de los cariños sobre el sepulcro de un amigo
predilecto; Tú, ¡oh Jesús! que te compadeciste del luto de un hogar deshecho y
de corazones que en él gemían sin consuelo; Tú, Padre amantísimo, compadécete
también de nuestras lágrimas. Míralas, Señor, cómo sangre del alma dolorida,
por la perdida de aquel que fue deudo queridísimo, amigo fiel, cristiano
fervoroso. ¡Míralas, Señor, como tributo sentido que te ofrecemos por su alma,
para que la purifiques en tu sangre preciosísima y la lleves cuanto antes al
cielo, si aún no te goza en él! ¡Míralas, Señor, para que nos des fortaleza,
paciencia, conformidad con tu divino querer en esta tremenda prueba que tortura
el alma! ¡Míralas, oh dulce, oh pidadosísimo Jesús! y por ellas concédenos que
los que aquí en la tierra hemos vivido atados con los fortísimos lazos de
cariño, y ahora lloramos la ausencia momentánea del ser querido, nos reunamos
de nuevo junto a Ti en el Cielo, para vivir eternamente unidos en tu Corazón.
Amén.
Oración por nuestros seres queridos
Oh buen Jesús, que durante toda
tu vida te compadeciste de los dolores ajenos, mira con misericordia las almas
de nuestros seres queridos que están en el Purgatorio. Oh Jesús, que amaste a
los tuyos con gran predilección, escucha la súplica que te hacemos, y por tu
misericordia concede a aquellos que Tú te has llevado de nuestro hogar el gozar
del eterno descanso en el seno de tu infinito amor. Amén.
Concédeles, Señor, el descanso
eterno y que les ilumine tu luz perpetua.
Que las almas de los fieles
difuntos por la misericordia de Dios descansen en paz. Amén.
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