En qué consiste la verdadera perfección. Por San Francisco Coll

Me diréis tal vez: ¿ En qué consiste la verdadera  perfección? Os lo diré: consiste en conocer la bondad, el poder y la grandeza infinita de Dios, nuestro Señor y la miseria, bajeza y propensión al mal de nuestra naturaleza; en amar a Dios en medio de las tentaciones, sequedades, enfermedades, persecuciones y de los genios contrarios; en aborrecernos santamente a nosotros mismos, en sujetarnos no solamente a los superiores, reconociendo en ellos la persona de todo un Dios, sino también a todos los hermanos y criaturas por amor de Dios; en renunciar enteramente a nuestra propia voluntad y hacer la de Dios no solo en las cosas favorables sino también en las contrarias; y, sobre todo, en hacer todas estas cosas únicamente por la honra y gloria de Dios, sin otra intención y fin de agradarle y porque su divina Majestad quiere y merece ser amado y servido en sus criaturas.
En esto consiste la verdadera perfección, pues esta es la ley del amor que el Espíritu Santo ha grabado en los corazones de los justo; (Rm 5,5; 2,15) esta es la abnegación de sí mismo y crucifixión del hombre interior tan recomendada por Jesucristo en el sagrado Evangelio, (Lc 9,23) este es su yugo suave y peso leve; (Mt 11,31) esta es la perfección que nuestro divino maestro Jesucristo nos ha aconsejado siempre con sus palabras y sus ejemplos, Cristo, ciertamente, empezó a enseñar el camino del cielo con obras y luego con palabras (Hch 1,1)
Pero advertí que aspiráis, como deseo, no sólo a la santidad, sino a la perfección de la santidad; os es del todo necesario combatir todas las inclinaciones viciosas, sujetar los sentidos a la razón y desarraigar los vicios, empezando por los más violentos y más dominantes, y esto no es posible sin una aplicación infatigable y continua, y con un ánimo pronto y determinado a emprender esta batalla, porque la corona no se sino a los que combaten generosamente , (1 P 5,4)

Fuente: Francisco Coll, Escritos, Valencia 6. 1956. En: Liturgia de las horas propia de la orden de predicadores.

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