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16 de octubre, Santa Margarita María Alacoque |
No me privéis, Dios mío, de amaros en la eternidad, por no
haberos amado bastante en el tiempo. Por lo demás, haced de mí todo cuanto os
agrade: os debo todo cuanto tengo y cuanto soy.
Todo
lo bueno que pudiera hacer no serviría, a no ser por vuestra gracia, para
reparar la más pequeña de mis culpas. Soy insolvente, bien lo veis, mi divino
Dueño; arrojadme en una prisión, consiento en ello, con tal que sea en la de
vuestro Corazón Sagrado. Y cuando allí estuviere, tenedme bien cautiva y sujeta
con las cadenas de vuestro amor, hasta que os haya pagado todo cuanto os debo;
y como no podré hacerlo nunca, tampoco deseo salir de ella jamás.
Fuente: Autobiografía de Santa Margarita María Alacoque. Bilbao, El mensajero. 1890. pp 237-238.
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