Se me ha dado la seguridad del cielo. Por San Maximiliano Kolbe

14 de agosto día de San Maximiliano Kolbe

Hijos míos, sabéis que no puedo estar siempre con vosotros; por eso deseo deciros algo que brota de lo profundo de mi corazón. ¡Oh, si supierais, hijos míos, lo dichoso que soy...! Mi corazón desborda de felicidad y de paz... Una felicidad y una paz que no se pueden gustar aquí abajo. A pesar de las contrariedades de la vida, en el fondo de mí mismo reina siempre esta calma inefable. Hijos míos, amad a la Inmaculada; amadla y ella os hará felices. Confiaos a ella totalmente. No a todos se concede comprender a la Inmaculada. Sólo se puede obtener por la oración.
La Madre de Dios es la Madre Santísima. Comprendemos lo que quiere decir “madre”... Pero ella, ella es la Madre de Dios, y solamente el Espíritu Santo puede dar la gracia de conocer a su esposa, a quien él quiere y cuando quiere. Quisiera deciros también algo; pero, ¿vale la pena?...
Os he dicho que era sumamente dichoso y estaba rebosante de alegría. Y ello porque tengo la certeza; se me ha dado la seguridad del cielo... ¡Hijos míos, amad a la Virgen María, amadla tanto como podáis...!


Palabras de S. Maximiliano Kolbe, recogidas en Beatificationis et canonizationis servi Dei Maximiliani M. Kolbe, Positio super introductione causae, Summarium super dubio, Roma, 1957. pp 387-390.

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