Como una niña con el santo silencio. Por San Pablo de la Cruz

Por tanto, querría que usted se entrase a menudo en su interior y allí, con viva fe, reposara en el seno de Dios, como una niña con el santo silencio de la fe y del amor. Cada vez que el alma se reconcentra toda en Dios, en el templo interior de su espíritu renace a una nueva vida de amor en el Verbo divino, Cristo Jesús... En ese recogimiento en el fuego del santo amor, se libra el alma de herrumbre del pecado y se renueva en Dios.

Fuente: San Pablo de la Cruz, Carta I, 525, en: Martín Bialas. La pasión de Cristo en San Pablo de la Cruz. Salamanca, Sigeme. 1982, 246.

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