¡Oh, bienaventurada el alma que está crucificada con Jesús sin saberlo y sin verlo por estar privada de todo consuelo sensible! ¡Oh, feliz del alma que..., inclinando la cabeza, exclama con Jesús "Pater in manus tuas commendo spiritum meum" , y muere místicamente a todo lo que no es Dios vida divina, en el seno mismo del Padre celestial.
San Pablo de la Cruz
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