Llena, Señor, mi corazón… Llénalo de eso que no me pueden
dar los hombres. Mi alma sueña con amores, con cariños puros y sinceros. Soy un
hombre hecho para amar, pero no a las criaturas, sino a Ti, mi Dios, y a ellas
en Ti… Sólo a Ti quiero amar, sólo Tú no defraudas. Sólo en Ti se verá la
ilusión cumplida.
Fuente: San Rafael Arnaiz. Escrito del 26 de diciembre de
1937.
Comentarios
Publicar un comentario