A veces no es fácil. Pero si creemos en el amor de Dios, podemos cumplir con tranquilidad la que creemos es su voluntad, con la confianza de que, si no lo es, Él nos pondrá en la vía correcta.
«Sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman; de aquellos que han sido llamados según su designio», recuerda Pablo a los Romanos (Rm 8,
28).
Fuente: Francois Xavier Nguyen Van Thuan. En: Testigos de esperanza. Ejercicios espirituales dados en presencia de S. S. Juan Pablo II Capilla “Redemptoris Mater”12-18 marzo 2000. Madrid. Ciudad Nueva. 2004. p 67.
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