La Cruz de Cristo. Por San Rafael Arnaiz

Sólo sé una cosa, una cosa que llena mi alma de alegría a pesar de verme tan pobre en virtudes y tan rico en miserias… Sólo sé que tengo un tesoro que por nada ni por nadie cambiaría..., mí cruz..., la Cruz de Jesús. Esa Cruz que es mi único descanso..., ¡cómo explicarlo! Quien esto no haya sentido..., ni remotamente podrá sospechar lo que es.
Ojalá los hombres todos amaran la Cruz de Cristo... ¡Oh! si el mundo supiera lo que es abrazarse de lleno, de veras, sin reservas, con locura de amor a la Cruz de Cristo...! Cuántas almas, aun religiosas, ignoran esto... ¡qué pena!

Fuente; San Rafael Arnaiz.

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