La vida es un combate: ¿no lo sabes ya? Si es necesario renunciarse, tomar la cruz, seguir a Jesús al Calvario, ¿hay de extrañarse de que haga falta luchar, sufrir, sangrar, llorar?
Tus dificultades vienen de tu entorno, de tu empleo, de tus propias miserias físicas y morales; de las tres cosas a la vez, quizás. En cuanto a la actitud de tu alma respecto a ellas, trázate de una vez por todas una decidida línea de conducta ante Dios. Y en los momentos de encuentro con esas miserias,
actúa en conformidad con la línea trazada. Los monólogos alarmistas no sirven para nada. Haz lo que puedas; abandona el resto a la misericordia de Dios. “Dios lo sabe todo. Lo puede todo, y me ama”: He aquí lo que justifica el abandono.
Vive al calor de la luz del Salmo XXII: “El Señor es mi pastor; nada me falta”.Cada noche, te dormirás murmurando: “Ten confianza: ¡no te ocurrirá nada malo!”.
Fuente: Dom Esteban Chvevière. Las puertas del silencio.
Fuente: Dom Esteban Chvevière. Las puertas del silencio.
MIL gracias por este compartir que el Señor nos conceda la gracia de vivir abandonado en sus manos esperandolo todo de ÉL unidos en la oracón y gracias
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