Oh hijo amadísimo, si anhelas la luz de la gracia....Por Angela de Foligno

                             
Oh hijo amadísimo, si anhelas la luz de la gracia de Dios, si quieres alejar tu corazón de todos los afanes, si quieres domar las nocivas tentaciones, y si deseas ser perfecto en el camino de Dios, no tardes en correr a la cruz de Cristo.
En verdad no hay otro camino reservado a los hijos de Dios, a través del cual puedan hallar a Dios, y una vez hallado, conservarlo, a no ser el camino y la vida del Dios-Hombre crucificado. Lo repito a menudo, y lo afirmo una vez más: El es el libro de la vida, a cuya lectura nadie puede acercarse sino a través de. la continua oración. La oración constante ilumina al alma, la eleva y la transforma.
Iluminada por la luz captada en la oración, el alma ve claramente el camino preparado para Cristo y hollado por los pies del Crucificado. Cuando el alma lo recorre con el corazón dilatado, no sólo se aleja de las abrumadoras preocupaciones del mundo, sino que se eleva también por encima de sí misma hasta saborear las dulzuras de Dios. Y así elevada, se inflama con el fuego de Dios; y luego así iluminada, elevada e inflamada, se transforma en el Dios-Hombre. Todo esto se halla en-la meditación de la Cruz.

Comentarios

  1. Gracias por esta publicación, tan valiosa.
    Tan llena de maná para nuestras almas.
    A Nuestro Señor todo.
    Le dejo mi cariño.

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