Es un hecho que aspiramos siempre al reposo....Por San Francisco de Sales (en su día)

Es un hecho que aspiramos siempre al reposo del espíritu, nos ingeniamos por impedirlo con la inquietud que nos causa el temor de las penas que pueden venir o por el examen ansioso de nuestra conducta. Y ¿qué cosa más opuesta a la sencillez cristiana? ¿Por qué temer el porvenir? Además de que exageramos frecuentemente sus amenazas, debemos confiar en Dios que nos dará cada día los socorros necesarios.(...) Tengamos un propósito firme y general de querer servir a Dios de todo corazón y con toda nuestra vida, y con esto, no nos preocupemos del mañana. Pensemos solamente en hacer el bien hoy, y cuando llegue el día de mañana pensaremos en él. Debemos tener en esto una gran confianza y resignación en la providencia de Dios. Hay que hacer provisión de maná para cada día y no más. sin dudar de que Dios lloverá mañana otro, y pasado mañana, y todos los días de nuestra peregrinación"

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