Pues busco, debo encontrar.
Pues llamo, débenme abrir.
Pues pido, me deben dar.
Pues pido, me deben dar.
Pues amo, débenme amar.
Aquel que me hizo vivir.
¿Calla? Un día me hablará.
¿Me pone a prueba? Soy fiel.
¿Pasa? No lejos irá;
pues tiene alas mi alma , y va
volando detrás de Él.
Es poderoso, más no
podrá mi amor esquivar.
Invisible se volvió,
mas ojos de lince yo
tengo y le habré de mirar.
Alma, sigue hasta el final
en pos del Bien de los bienes.
y consuélate en tu mal
pensando como Pascal:
¿Le buscas? ¡Es que le tienes!
Este poema me ha hecho pensar en el Ser y el dejar de Ser.
ResponderBorrarVivimos la lucha del yo y sus deseos y sueños, y la necesidad de dejar de ser uno para ser en Dios.
Donde está la felicidad, como la alcanzamos y la hacemos nuestra???
Yo creo que solo lograremos ser felices, Dejando que Dios sea en nosotros.
No busquemos imponer el yo, ofrendemoslo al Señor, seamos en El, para Ser realmente lo que debemos ser.
Parece un trabalenguas, pero ahí está la clave de una vida feliz.
Ser en Dios, es poner nuestra voluntad para el bienestar de los demas, el Bien común, el Bien de todos...
Gran sorpresa me he llevado q este himno q leo todos los años en la Liturgia de las Horas su autor sea Amado Nervo. Dios le bendiga donde se encuentre descansando.
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