Hay un tabernáculo de Gloria que es la persona santísima de Jesús el Señor: donde lo humano y lo divino se encuentran en un abrazo que nunca podrá deshacerse....El derrama la divinidad en el corazón enfermo de la humanidad e, infundiéndole el Espíritu del Padre, la hace capaz de llegar a ser Dios por la gracia..... Este hombre transformado por el Amor es el que los discípulos contemplaron en el Tabor; el hombre que todos nosotros estamos llamados a ser.
En: Orientale Lumen, 15
Para leer la Carta Apostólica completa : Orientale Lumen
En El me refugio de un modo especial cada vez que todo se torna confuso y oscuro.
ResponderBorrarEl es mi salvación y mi luz.