Jesús no subió al Calvario en marcha triunfal. Por Dom Esteben Chevevière

Si amas intensamente, desearás estar tendido sobre la Cruz. Tal deseo es una cima. No te aflija el verte lejos de ella. Está ya bien el no rebelarte nunca, ni huir. El mismo Jesús no subió al Calvario en marcha triunfal; no lo pierdas de vista. San Pablo te dice: "Reflexionad en el que soportó tal contradicción de parte de los pecadores, para que no os canséis descorazonados" (Heb 12,3). No te fíes del entusiasmo de imprenta. Es fácil escribir sublimidades. La Sagrada Escritura es más realista, está más al tanto del pobre corazón humano. El Dios que la ha inspirado es asimismo el que nos ha moldeado, y nuestras quejas, transidas de amorosa conformidad, no pueden desagradarle cuando se dirigen a El: "Venid a mí todos los fatigados y agobiados, y Yo os aliviaré" (Mt 11 ,28). Nuestros gemidos hallaron eco en el Corazón de donde brotó tan rica palabra. Nunca nos hemos de quejar de Dios a los hombres pero no le disgusta que le dirijamos a El suaves reproches.
Lleva tus cruces sin fanfarronería. Ni la gracia que te sostiene, ni el brío de tu correspondencia les quitarán su cariz penoso. La naturaleza seguirá gimoteando, experimentará el mismo horror por lo que la desgarra y quebranta, la misma gana de ahuyentar lo que la molesta. La Cruz no sería más la Cruz si dejase de afligir. Sola la parte espiritual de tu alma podrá regocijarse, si bien esa alegría no la encontrara en sí misma: es un don de Dios.

Fuente: Dom Esteben Chevevière. El eremitorio.

Comentarios

  1. Muy buen texto¡ Muy realista¡ Cuanto ayuda este texto a ponernos con realismo frente a la Cruz¡

    ResponderBorrar
  2. Qué bonito este pensamiento sobre el tratamiento realista de la Cruz en el Evangelio, con una riqueza inagotable a la que no puede aspirar ningún texto piadoso.

    La Cruz duele, es contraria a la naturaleza corporal que busca la vida, la salud, el placer, el bienestar, el equilibrio... Esa es la cruda realidad. La Cruz no puede dejar de ser cruz, instrumento de tortura de inspiración oscura. No puede dulficarse porque es amarga por definición.

    La aceptación de la Cruz, el amor a la Cruz y los regalos espirituales que encontramos a veces nos vienen de El Señor. Son un don; Él lo hace todo. Nuestro único movimiento ha de ser acogernos a Su Alivio y refugiarnos en los brazos de La Madre, de la Santísima Virgen María.

    ResponderBorrar
  3. Gracias por su exposición. saber llevar la cruz, para mi se ha convertido en estos 8 años de mi enfermedad como vivir siempre con Jesús resucitado. Mi amado lleva mi cruz y yo llevo su resurrección. Mi nombre de religiosa es Sor.Cecila DELA CRUZ, mi espiritualidad ha dado un cambio tan hermoso que aúnque duela el alma del dolor del cuerpo, le miro en la cruz y me veo resucitada, una energía que no se me acaba. Le amo vivo, está a mi lado vivo y aunque está la cruz en mi vida y no la desdeño, porque cruz y gloria festejan juntas, siempre estoy resucitando un amor que no se acaba.
    Con ternura
    Sor.Cecilia Codina Masachs O.P

    ResponderBorrar
  4. Gracias hna!! Su comentario me llena de consuelo. Ciertamente que lo más propio del amor es identificar a quién ama con lo amado. Jesús nos identifica con él plenamente a fin de unirnos totalmente a su persona. Sólo Dios, como diría el Hno Rafael Arnaiz.

    Con afecto,

    ResponderBorrar

Publicar un comentario