Del desasimiento y de la posesión de Dios. Por el Meister Eckhart. Primera parte.


Me hicieron la siguiente pregunta: Que algunas personas se aislaban rigurosamente de los hombres y les gustaba estar siempre solos y de ahí provenía su paz así como del hecho de que se hallaban en la iglesia ¿si esto era lo mejor? Entonces dije: «¡No!» y ¡presta atención porque [no es así]! Quien está bien encaminado en medio de la verdad, se siente a gusto en todos los lugares y con todas las personas. Mas, quien anda mal, se siente mal en todos los lugares y entre todas las personas. Pero aquel que anda por buen camino, en verdad lleva consigo a Dios. Mas, aquel que bien [y] en verdad posee a Dios, lo tiene en todos los lugares y en la calle y en medio de toda la gente exactamente lo mismo que en la iglesia o en el desierto o en la celda; con tal de que lo tenga en verdad y solamente a Él, nadie podrá estorbar a semejante hombre.
¿Por qué?
Porque posee únicamente a Dios y pone sus miras sólo en Dios, y todas las cosas se le convierten en puro Dios. Semejante hombre lleva consigo a Dios en todas sus obras y en todos los lugares, y todas las obras de este hombre las opera sólo Dios; pues, la obra pertenece más propia y verdaderamente a quien es causa de ella que a quien la ejecuta. Si concentramos, pues, nuestra vista pura y exclusivamente en Dios, Él, en verdad, habrá de hacer nuestras obras y nadie, ni la muchedumbre ni el lugar, son capaces de detenerlo en sus obras. Resulta, pues, que a tal hombre nadie lo puede estorbar porque no ambiciona ni busca ni le gusta nada fuera de Dios; porque Él se une con el hombre en todas sus aspiraciones. Y así como ninguna multiplicidad lo puede distraer a Dios, así nada puede distraer ni diversificar a este hombre ya que es uno solo en lo Uno, donde toda multiplicidad es una sola cosa y una no-multiplicidad.
El hombre debe aprehender a Dios en todas las cosas y ha de acostumbrar a su ánimo a tener siempre presente a Dios en ese ánimo y en su disposición y en su amor. Observa cuál es tu disposición hacia Dios cuando te encuentras en la iglesia o en la celda: esta misma disposición consérvala y llévala contigo en medio de la muchedumbre y de la intranquilidad y de la desigualdad. Y —como ya he dicho varias veces— cuando se habla de igualdad no se afirma que todas las obras o todos los lugares o toda la gente tengan que considerarse como iguales. Esto sería un gran error, porque rezar es una obra mejor que hilar y la iglesia es un lugar más digno que la calle. Debes conservar, empero, en todas tus obras un ánimo y una confianza y un amor hacia Dios y una seriedad siempre iguales. A fe mía, si estuvieras así equilibrado, nadie te impediría tener presente a tu Dios.
Pero en quien Dios no vive tan de veras, sino que le hace falta, continuamente, aprehender a Dios desde fuera en esta cosa y en aquélla, y si busca a Dios de manera despareja, ya sea en las obras, o entre la gente, o en [determinados] lugares, éste no posee a Dios. Y fácilmente habrá alguna cosa que lo estorbe a semejante hombre porque no posee sólo a Dios y no busca ni ama ni aspira sólo a Él; y por ello no lo estorban únicamente las malas compañías sino también las buenas y no sólo la calle sino también la iglesia, y no sólo las palabras y obras malas, sino también las palabras y obras buenas, porque el impedimento se halla dentro de él, ya que Dios, en su fuero íntimo, no se le ha convertido en todas las cosas. Pues, si fuera así, estaría contento y a gusto en todos los lugares y con todas las personas porque él poseería a Dios y a Éste nadie se lo puede quitar ni estorbarlo en su obra.

Fuente: Meister Eckhart."Tratados Pláticas instrutivas. 

Comentarios

  1. Excelente articulo. gracias

    un abrazo fraterno
    adriana desde bs as

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  2. Muchas gracias

    Solo Dios merece el pensamiento del hombre

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  3. Clara:
    No me llegaron tus anteriores mensajes. Ya puse un correo electrónico para cualquier cosa. lo que te puedo pasar es el codigo html de Contemplación.

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  4. La gran sabiduria se encuentra en la aparente simplicidad. !Dichosa Ventura¡. La filiaciòn Divina, nos da la seguridad de ir por el camino correcto. Para crecer, ser, vivir.... La Palabra en medio del turbulento mar, es necesario el vaciamiento interior, y con la Fe puesta en el ûnico que es Camino,Verdad y Vida; llegaremos a buen Puerto: El Cielo.
    Alabado sea el Señor nuestro Dios

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  5. Tmoteo:
    Lo del vaciamiento que decís me recuerda a San Juan de la Cruz cuando en la noche oscura dice que es noche porque nos desapega de todo, nos priva de las cosas que nos mantienen sujetos a mil tonterías y que también es noche porque se llega a la unión por la fe que es oscura y en fin que esta noche nos permite llegar Dios que en sí mismo es para nuestro entendimiento noche. Qué increíble no, las tres cosas el desapego, el medio (fe) y el fin (Dios mismo).
    Vos en tu comentario nombras las tres cosas vaciamiento, fe y puerto (cielo) y no es otra cosa el cielo que Dios mismo y gozar de ÉL.

    En comunión de oraciones,

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