Mucho hay que contemplar en tu interior. Tú lo verías, si tuvieras los ojos más limpios. Mas no has aprendido aún a contemplar tales cosas: contemplar a Dios en ti. Por esto te derramas con gusto al exterior. Vivir en tu interior, te parece vivir en tinieblas, y te dejas absorber de lo sensible. No culpes de ello a las imágenes que te estorban, atormentan o mueven de algún modo, sino a que estás vacío del Sumo Bien.
Fuente: Pensamientos de Dom Guigo, cartujo.
Muy bonito. Felicidades.
ResponderBorrar