Haz, en todo momento, la voluntad de Dios, con las fuerzas y gracias del momento presente. No se te pide más. Acepta de corazón tus límites. ¿A qué grado de santidad quiere llevarte Dios? No lo sabrás más que en el cielo. No sondees sus misteriosos designios; no le rehúses nada deliberadamente. Intenta complacerle según tus fuerzas actuales y déjate conducir a donde Él quiera, por sus caminos, sin prisa febril. No te aflijas por tus impotencias, ni aun, en cierto sentido, por tus miserias morales. Te querrías bello, irreprochable. Es una quimera; orgullo, quizás. Hasta el fin, permanecemos pecadores, objeto de la infinita misericordia, a la que tanto valora Dios. No pactes jamás con el mal; permanece desligado de tu perfección moral. La santidad es ante todo algo de orden teologal, y es el Espíritu Santo quien la reparte en nuestros corazones; no somos nosotros quienes la fabricamos.
Fuente: Dom Esteban Chevevière. La puertas del silencio.
Brillante !!
ResponderBorrarUn Maestro¡
ResponderBorrarSe promueve una campaña de oración para que el Sábado (día dedicado a la Virgen) todos los blogueros católicos recemos unos por otros. Si quieres adherirte clicka en http://angelsanchezt.blogspot.com/. Puedes ponerte el enlace http://www.a-free-guestbook.com/gb/cincoh/ en tu página, para los que quieran unirse desde tu blog, y utilizar la imagen que quieras:
ResponderBorrarEl objetivo : Hacer lo que la Virgen nos pide. El Rosario
Un saludo. Que Dios Le bendiga
Angel ST
Es la verdad interior.
ResponderBorrar:D