Hoy es el día de la Exaltación de
la Santa Cruz; cruz que merece nuestro amor y en la cual, por nuestro amor, ha
sido suspendido el Salvador del mundo entero. Nuestro Señor ha dicho: «Cuando
haya sido elevado de la tierra, atraeré a todos hacia mí. Con estas palabras
quiere decir que su deseo es atraer hacia Él nuestros corazones terrenos,
poseídos por el amor hacia las cosas de este mundo; quiere atraer hacia Él
nuestra sed de gozos y satisfacciones de la tierra.
La belleza de esta Cruz es Cristo
crucificado elevado de manera inimaginable, muy por encima de todos los santos,
de todos los ángeles, de todos los gozos, delicias y felicidades que todos
juntos poseen. Y puesto que su verdadera mansión se encuentra en lo más alto de
los cielos, quiere habitar en eso que hay en lo más alto de nosotros mismos, es
decir, en nuestro amor y en nuestros sentimientos más elevados, más íntimos,
más delicados. Quiere atraer hacia Él los aspectos más simples de nuestro
espíritu y de nuestra alma en lo que tienen de más eminente, y elevar todo ello
hasta Él. Si logramos que esto sea una realidad en nosotros, Él nos atraerá hasta
su mansión más elevada y la más íntima
Juan Taulero. Sermón 58.