Sufrir por Cristo ( Flp 1,29) implica una bendición particular, e incluso una elección. El que sufre es situado, por la fuerza de la circunstancia, en una constante relación con Jesucristo; es introducido en la esfera del amor divino y se convierte en portador de Dios, "theophoro"
Archimandrita Sophrony. La oración experiencia de la eternidad. Cap 4
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