"La vida y las enseñanzas de santo
Tomás de Aquino se podrían resumir en un episodio transmitido por los antiguos
biógrafos. Mientras el Santo, como acostumbraba, oraba ante el crucifijo por la
mañana temprano en la capilla de San Nicolás, en Nápoles, Domenico da Caserta,
el sacristán de la iglesia, oyó un diálogo. Tomás preguntaba, preocupado, si
cuanto había escrito sobre los misterios de la fe cristiana era correcto. Y el
Crucifijo respondió: «Tú has hablado bien de mí, Tomás. ¿Cuál será tu
recompensa?». Y la respuesta que dio Tomás es la que también nosotros, amigos y
discípulos de Jesús, quisiéramos darle siempre: «¡Nada más que tú, Señor!»
(ib., p. 320)"
S.S Benedicto XVI. Audencia General. 2 de junio de 2010.
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