29 de septiembre/ Fiesta de
los Arcángeles
Nuestra época, volcada toda ella
a la praxis, se muere de asfixia por falta de contemplación. El demonio, al que
no le resulta difícil esconder su identidad pasando de incógnito en este mundo
que se cree “maduro”, lleva adelante su lucha subversiva contra todo lo que
tenga que ver con el nombre de Dios. Más aún, al decir de Su Santidad Pablo VI,
ha penetrado incluso en la misma Iglesia, por algunas de cuyas grietas se llega
a percibir “el humo de Satanás”. Son tiempos en que el destino del mundo se
juega a cara o cruz, tiempos apocalípticos.
Por eso nunca fue tan necesario
como hoy volver sobre la figura del Arcángel San Miguel. Él es el Ángel de la
contemplación y de la acción. El Ángel militante que luchó al comienzo de la
historia y el que sigue combatiendo durante todo el transcurso del tiempo de la
Iglesia, que no por nada es llamada “militante”. El Ángel que está junto a la
cabecera de los moribundos, y al que aún aguarda una batalla final. El Ángel de
nuestro tiempo convulsionado y poblado de demonios.
Fuente: Padre Sáenz, San
Miguel Arcangel de Dios. Buenos Aires. Vórtice. 2015, 41 .
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