9 de julio aniversario de la declaración de la Independencia de la Argentina |
El Catolicismo
y el Patriotismo no son, pues, antagónicos. Todo lo contrario. "El amor sobrenatural
a la Iglesia y el amor natural de la Patria -enseña León XIII-, son dos amores gemelos,
que nacen del mismo principio sempiterno, como quiera que el autor y causa de uno
y otro es Dios, de donde se sigue que no puede haber pugna entre uno y otro
deber" [1]
(…) Parece
lícito decir que solamente en el cristianismo la idea de Patria alcanza su
plenitud. De ahí la necesidad de mantener en alto los dos amores, el de Dios y
el de la Patria. Quien en la Patria ve sólo los factores materiales y olvida
sus referencias trascendentes, corre el peligro de caer en un nacionalismo
pagano, abierto a cualquier desviación, puede terminar en el marxismo o en la
delincuencia común. "No se puede encarar la lucha por la Patria, la lucha
por la Nación, olvidando la lucha por Dios, así como no se puede encarar la
lucha por Dios desencarnada, desarraigada, lejos de esta realidad terrenal
humana que tenemos que defender. Ese espiritualismo abstracto y desencarnado
puede llevar por otros caminos"[2]
Difícilmente sufre quebranto uno
de los dos amores sin que, de rechazo, el otro se vea afectado. Ha escrito el
cardenal Gomá: "Nunca el amor de
Patria logró fuerza mayor que cuando se
unió al de Religión; pero jamás fue más fuerte y puro, y por lo mismo más abnegado
y fecundo, que cuando se abrevó en la fuente de la caridad cristiana"[3]
En última instancia, parece imposible amar a Dios sin amar a
la Patria, don exquisito de Dios a los
hombres, así como amar a la Patria si no se ama a Dios, su fundamento y su donante.
Son dos amores inseparables. Castellani lo dijo a la
perfección:
Amar la patria es el amor primero
y es el postrero amor después de Dios
y sí es crucificado y verdadero
ya son un solo amor, ya no son dos.
Para Santa Juana de Arco, amar a Dios
y amar a Francia constituían un solo acto de amor. No era tanto la sangre y la
tierra lo que motivaba su patriotismo sino el hecho de que Francia era el don
que Cristo había puesto en sus manos guerreras. Pensar que una intensa vida
cristiana trae consigo una disminución del amor a la Patria es un craso error.
Todo al revés. El progresivo debilitamiento del patriotismo argentino proviene
en buena parte del progresivo debilitamiento de la vida cristiana en la
Argentina. Es preciso trabajar por la recristianización de nuestra Patria. Y
aquí coinciden cristianismo y patriotismo.
Fuente; Padre Alfredo Sáenz. Extracto del Patriotismo. En: Siete virtudes olvidadas. Buenos Aires. Ediciones Glaudius, 1998.
[1] Sapientiae
christianae, n. 8
[2] A.
Ezcurra, Sermones Patrióticos…pp 263-264.
[3] Catolicismo
y Patriotismo..., 24. Refiriéndose al joven Antonio Rivera, gravemente herido
en el asedio del Alcázar de Toledo, y cuyo proceso de beatificación está en
curso, lo llama "cachorro de la Religión y de la Patria".