"(..) yo siempre he deseado
ser santa. Pero, ¡ay!, cuando me comparo con los santos, siempre constato que
entre ellos y yo existe la misma diferencia que entre una montaña cuya cumbre
se pierde en el cielo y el oscuro grano que los caminantes pisan al andar. Pero
en vez de desanimarme, me he dicho a mí misma: Dios no puede inspirar deseos
irrealizables; por lo tanto, a pesar de mi pequeñez, puedo aspirar a la
santidad. Agrandarme es imposible; tendré que soportarme tal cual soy, con
todas mis imperfecciones. Pero quiero buscar la forma de ir al cielo por un
caminito muy recto y muy corto, por un caminito totalmente nuevo".
Fuente: Santa Teresa del Niño
Jesús en: Historia de un alma. En el Cap X.
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