Cuando inesperadamente caigas en pecado. Por San Nicodemo Hagiorita

Cuando inesperadamente caigas en pecado, no te desesperes, no te encierres en timismo, no digas: “¿Como pude permitir que esto sucediera?” Esa es la voz del egoísta orgulloso. Por el contrario, humíllate y poniendo tu atención espiritual en el Señor, di: “¿Qué más puede esperarse de mí, oh Señor, siendo una persona tan débil e inmoral? e inmediatamente dale gracias, de que el pecado se detuvo allí, y confiesa: “Si no fuera por tu inagotable bondad, oh Señor, no me hubiera detenido en esto, sino definitivamente hubiera caído en algo peor,”
Fuente: San Nicodemo Hagiorita. Combate Espiritual.

Comentarios