Para que la fe se fortalezca. Por el P. Tadeusz Dajczer.

Para que la fe se fortalezca, tiene que ser sometida a pruebas, tiene que pasar por el crisol de las experiencias, por muchas pruebas y tormentas. Una fe superficial, basada únicamente en la educación, en ciertas costumbres y en los sentimientos, suele quebrantarse ante las dificultades. Dios somete a los creyentes a pruebas, para despojarlos de todo aquello que apoya su fe, y que no es adhesión auténtica a Cristo; o que les impide aceptarlo como único apoyo, a abandonarse en El.
La fe auténtica es una fe exenta de los apoyos naturales, tales como el entendimiento, la imaginación, la memoria, la afectividad y lo perceptible por los sentidos; es una fe en la que el único apoyo es Dios y su Palabra. Dios no acepta que tú confíes en la fuerza de tus experiencias, o en tus sensaciones. Por tanto, hace que tu fe sea sometida a pruebas, cuya variedad depende de los apoyos que tengas aparte de Dios. Si la basas en el entendimiento natural, tienen que desaparecer todas las luces de tu razón y, en cierto momento, aquello en lo que creías te parecerá como algo absurdo. Cuando basas tu fe en ciertas personas, clérigos o seglares; o en su comportamiento; tarde o temprano esto se desmoronará. Cuando basas tu fe en el cariño, en la satisfacción, en la experiencia que te dan la oración o las prácticas religiosas; entonces, no debes asombrarte de que llegue el momento de la sequedad y el rechazo hacia esas prácticas. Tienes que pasar por esa dolorosa purificación para que puedas llegar a la fe pura, auténtica; y con el tiempo, a la verdadera contemplación.

Fuente: P. Tadeusz Dajczer. Meditaciones sobre la fe. Algunas cuestiones de teología espiritual. Capitulo 3. Las pruebas de fe. México.Librería Parroquial de Clavería. 1992.

Comentarios