Me bastas, Tú. Por Anastasio Ballestrero

Tú ¿quién eres, Señor? Este deseo de conocerte es la verdadera respuesta a tu venida. Has venido para ser buscado cada día, doquier te entregues, en tu inagotable misterio.
Día a día, sin fin, seguirás descubriendo quién eres.
Jesús, dame esa fe y esa esperanza.
Mi vida terrena ya no es banal, gris, mezquina, desde que tú la recorriste caminando por los mismo senderos míos, gozando y sufriendo vicisitudes  como las mías, enseñándome que la Providencia del Padre vela sobre todos y especialmente sobre los que te siguen.
Hazme fiel a tu palabra "ven y sígueme".
Diciendo "ven", no dijiste: iremos acá o allá, haremos esto o lo otro...Dijiste, en términos absolutos, "ven  y sígueme".
Nuestro caminar es seguirte.
Seguirte con fidelidad. Y a la vez con humildad.
No te diré como Pedro: "Señor ¿Dónde vas? Daré la vida por tí".
Señor, que yo tenga la suerte de seguirte no de precederte.
La suerte de seguirte sin preguntarte adónde me llevas.
Tengo plena confianza en tí, y me basta. Iré adonde me lleves.
Si te sigo, podré ser testigo de todos tus milagros. Si, en cambio, intento precederte, no conoceré más que la locura y el pecado.
Adonde tú quieras ir, allí iré yo, por donde quieras pasar, por ahí pasaré yo.
Me bastas tú. Porque no sólo llevás mi camino, sino porque tú eres de hecho mi camino.
¡Si te conviertes para mí en camino llano y sereno, bendito seas!
¡Si te vuelves sendero polvoriento y sofocante, bendito sea igualmente!
Me basta saber, para mi tranquilidad, que no he sido llamado a caminar por tantas sendas, sino por una sola:Tú.
Tú eres el camino que me conduce a la meta: a la Patria, a la casa del Padre.
Hasta esa meta, seré peregrino.
Entonces, finalmente, nadie me ordenará caminar, ni tú me dirás ya: "ven". Sino que tu voz, transida de amor, me invitará: "quédate".

Fuente; Anastasio Ballestrero, Gracias, Señor.Burgos, Monte Carmel. pp 66-67.

Comentarios