Si sufres con Él, reinarás con Él; si lloras con Él, gozarás con Él; si mueres con Él en la cruz de la tribulación, poseerás con Él las mansiones celestes en el esplendor de los santos (cf. Rom 8, 17; 2 Tim 2,12.11; 1 Cor 12,26; Sal 109,3), y tu nombre será inscrito en el libro de la vida (cf. Flp 4,3; Ap 3,5), y será glorioso entre los hombres. Por lo cual, participarás para siempre y por los siglos de los siglos, de la gloria del reino celestial a cambio de las cosas terrenas y transitorias, de los bienes eternos a cambio de los perecederos, y vivirás por los siglos de los siglos.
Carta II de Santa Clara de Asís a Inés.
¡Se puede sacar de este texto muchísimo provecho para el alma! Lo que más me gusta de esta santa es su fidelidad y confianza en Cristo. Así lo demuestra su gran amor a la pobreza y a Jesús Eucaristía. Gracias por este texto. Reconforta el alma. Sigo en mi tarea de encomendarte a María.
ResponderBorrarGracias Francisco por tu oración, la valoro inmensamente.
ResponderBorrarUn abrazo