Cuando el corazón anda en bajezas. Por San Juan de la Cruz

Cuando el corazón anda en bajezas, por el suelo rueda la corona, y cada bajeza la da con el pie; mas cuando el hombre se allega al corazón alto que dice David (Sal. 63, 7), entonces es Dios ensalzado con la corona de aquel corazón alto de su Esposa, con que le coronan el día de la alegría de su corazón (Ct. 3, 11), en que tiene sus deleites cuando está con los hijos de los hombres (Pv. 8, 31). Estas aguas de deleites interiores no nacen en la tierra; hacia el cielo se ha de abrir la boca del deseo, vacía de cualquier otra llenura, y para que así la boca del apetito, no abreviada ni apretada con ningún bocado de otro gusto, la tenga bien vacía y abierta hacia aquel que dice: Abre y dilata tu boca, y
yo te la henchiré (Sal. 80, 11).
De manera que el que busca gusto en alguna cosa, ya no se guarda vacío para que Dios le llene de su inefable deleite; y así como va Dios, así se sale, porque lleva las manos embarazadas y no puede tomar lo que Dios le daba. (Dios nos libre de tan malos embarazos, que tan dulces y sabrosas libertades estorban!

Fuente: Carta a las Carmelitas Descalzas de Beas. Málaga, 18 noviembre 1586

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