Jesús está en el centro de todo. Por León Bloy

Jesús está en el centro de todo, él lo asume todo, él soporta todo, él lo sufre todo. Es imposible pegar a alguien sin pegarle a él, humillar a alguien sin humillarlo a él, maldecir o matar a alguien sin maldecirlo o matarlo a él mismo. El más bajo de los criminales tiene que pedir prestado el Rostro de Cristo para recibir una bofetada, de cualquier mano que sea; de otra manera, la bofetada no podría llegar a destino y quedaría en suspenso, en el espacio, por los siglos de los siglos, hasta que encontrase el Rostro que perdona.

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