Para hacer levantar el alma de la imperfección. Por Santa Catalina de Siena

Para hacer levantar el alma de la imperfección, la privo del sentimiento de mi presencia, quitándole el consuelo que antes tenía, pero no mi gracia. Y lo hago para hacerla humilde, para que se ejercite en buscarme a mí de verdad, para probarla a la luz de la fe, y que de este modo se haga prudente. Entonces, si ella me ama sin interés propio, con fe viva y con desprecio de sí misma, en el tiempo del
trabajo goza, considerándose indigna de la paz y sosiego de espíritu.
El alma que ha llegado a la perfección, aun cuando sienta que yo me he retirado de ella, no retrocede. Al contrario, persevera con humildad en la práctica de las virtudes, se conoce a sí misma, y espera la venida del Espíritu Santo, fuego de caridad. ¿Cómo espera? No ociosa, sino en vigilia continua y santa oración.
Así obra el alma que ha salido de la imperfección y ha llegado a la perfección.
Me alejé también de ella para que viese y conociese su inmenso vacío, puesto que, privada del consuelo, experimenta aguda aflicción, se siente débil, sin firmeza y sin posibilidad de perseverar, y en estas mismas miserias descubre la raíz de su amor propio espiritual. Todo esto le sirve para conocerse y levantarse sobre sí misma. Así extirpa la raíz del amor propio.

Comentarios

  1. ¡Muchas gracias por su entrada! Las meditaciones de Santa Catalina son extraordinarias.
    ¡Enhorabuena por su blog.
    Bendiciones!!!

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