El enemigo intenta cegar al alma para que no vea a Cristo en los semejantes. Por San Macario de Óptina


"El enemigo intenta continuamente despertar en el abismo del corazón humano un gran tumulto por una tontería. Este es uno de los artificios con los que el demonio ciega nuestra alma para que no vea al sol de Verdad, Cristo nuestro Señor, escondido en lo profundo del corazón de cada uno de nuestros semejantes".

San Macario de Óptina. De las Cartas de dirección.

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