"Pero ¿cómo puedo desconfiar, Jesús mío, de vuestra misericordia y de vuestras entrañas llenas de caridad? ¡Oh, Jesús: el amor que os obliga a padecer por mí, no es amor finito, sino inmenso, que siempre arde! ¡Ea, pues, el corazón arriba, y el valor! En las manos de Jesús me pongo enteramente, mi vida, etc.,etc; más aún, mis pecados y todo lo demás, todas mis miserias y necesidades menudísimas"
Fuente: Gemma Galgani. Cartas y éxtasis. Carta a una piadosa señora amiga suya. Carta 5. Barcelona: Editorial Liturgia Española, 1933, 201.
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