"La estrella vino a pararse encima de donde estaba el niño.
Por lo cual, los magos, al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría.
Recibamos también nosotros esa inmensa alegría en nuestros corazones. Es la alegría
que los ángeles anuncian a los pastores. Adoremos con los Magos, demos gloria
con los pastores, dancemos con los ángeles. Porque hoy ha nacido un Salvador:
el Mesías, el Señor. El Señor es Dios: él nos ilumina, pero no en la condición
divina, para atemorizar nuestra debilidad, sino en la condición de esclavo,
para gratificar con la libertad a quienes gemían bajo la esclavitud. ¿Quién es
tan insensible, quién tan ingrato, que no se alegre, que no exulte, que no se
recree con tales noticias? Esta es una fiesta común a toda la creación: se le
otorgan al mundo dones celestiales, el arcángel es enviado a Zacarías y a
María, se forma un coro de ángeles, que cantan: Gloria a Dios en el cielo, y en
la tierra, paz a los hombres que Dios ama.
Fuente: San Basilio Magno. De la Homilía sobre la generación de Cristo.
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