Cuando yo
veo almas muy diligentes a entender la oración que tienen y muy encapotadas
cuando están en ella, que parece no se osan
bullir ni menear el pensamiento porque no se les vaya un poquito de gusto y
devoción que han tenido, háceme ver cuán poco entienden
del camino por donde se alcanza la unión, y piensan que allí está todo el
negocio. Que no, hermanas, no; obras quiere el Señor, y
que si ves una enferma a quien puedes dar algún alivio, no se te dé nada de
perder esa devoción y te compadezcas de ella; y si tiene
algún dolor, te duela a tí; y si fuere menester, lo ayunes, porque ella lo
coma, no tanto por ella, como porque sabes que tu Señor
quiere aquello. Esta es la verdadera unión con su voluntad, y que si vieres
loar mucho a una persona te alegres más mucho que si te loasen a tí.
Fuente; Santa Teresa de Jesús en Moradas del castillo interior. Moradas 6, 3,11.
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