Como una estatua. Por San Francisco de Sales

Cuando por medio de la sencillez, nuestra voluntad adhiere a la voluntad divina, nos parecemos a una estatua según San Francisco de Sales:
"Si una estatua que ha sido colocada en un nicho en medio de una sala, tuviera discurso y se le preguntara:
-¿Por qué estás ahí?- respondería:
-Porque mi dueño me ha puesto aquí.
-¿Y por qué no te mueves?
-Porque él quiere que me quede aquí inmóvil.
-¿Y de qué sirves ahí? ¿ Qué provecho sacas de estarte así?
-Yo no estoy aquí para mi servicio, sino para servir y obedecer a la voluntad de mi sueño.
-Pero ¿no querrías tener movimiento, para ir cerca de él?
-No, mientras él no me lo mande.
-Entonces, ¿no deseas nada?
-No porque yo estoy donde mi dueño me ha puesto, y su voluntad es el único contento de mi ser.

Fuente: San Francisco de Sales. En:  Canónigo F. Vidal. Francisco de Sales. El santo de la bondad y la alegría. Ediciones Don Bosco Argentina.1992. 92.

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