Cuando un hombre vuelve su rostro ante Dios. Por San Nicolás de Serbia

Dios y el pecado se hallan en polos opuestos. Nadie puede poner su rostro ante Dios si no ha puesto la espalda al pecado. Cuando un hombre vuelve su rostro ante Dios, todos sus caminos llevan a Dios. Cuando un hombre se retira de Dios, todos sus caminos conducen a la perdición.
Cuando un hombre finalmente rechaza a Dios de palabra y en su corazón, ya no puede hacer otra cosa que no sirva para su completa destrucción, tanto de su alma y de su cuerpo.

Fuente: San Nicolás de Serbia. Pensamientos acerca del Bien y el Mal.

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