El cielo entero vive en mi alma. Por el Beato María Eugenio del Niño Jesús.

La oración de recogimiento nos hace buscar a Dios en el centro de nuestra alma. ¿Dónde podríamos encontrarle más íntimamente para establecer nuestras relaciones sobrenaturales con él que en estas profundidades, de nosotros mismos, donde él comunica su vida divina, haciendo personalmente de cada uno de nosotros un hijo suyo? Este Dios presente y que obra en mí es verdaderamente mi Padre, pues él me engendra sin cesar mediante la difusión de su vida; yo puedo estrecharle con un abrazo filial en esas regiones donde él se da. Mi Señor y mi Dios vive realmente en mí, y, cuando mi alma sea liberada de la prisión del cuerpo y esté lo, bastante purificada para recibir el lumen gloria, que es el poder ver a Dios tal cual es, descubrirá que él la invade y la envuelve en esas regiones íntimas en las que ahora le busca por la fe. El cielo entero vive en mi alma.

Fuente:Beato María Eugenio del Niño Jesús. Quiero ver a Dios. Madrid. Editorial Espiritualidad, 2002, 118.

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