Confidencia a mi Cristo
Mi Cristo: Tú no tienes
la lóbrega mirada de la muerte.
Tus ojos no se cierran
Son agua limpia donde puedo verme.
Mi Cristo: Tú no puedes
cicatrizar la Llaga del Costado.
Un Corazón tras ella
noches y días me estará esperando.
Mi Cristo: Tú conoces
la intimidad oculta de mi vida.
Tu sabes mis secretos.
Te los voy confesando día a día.
Mi Cristo: Tú aleteas
con los brazos unidos al madero.
¡Oh, valor que convida
a levantarse, puro, sobre el suelo!
Mi Cristo: Tú descansas
en mi mesa tu sombra estilizada.
Que mi pluma amorosa
sepa fijarte en la cuartilla blanca.
Mi Cristo: Tú sonríes
cuando te hieren, sordas, las espinas.
Si mi cabeza hierve,
haz, Señor, que te mire... y que sonría.
Mi Cristo: Tú que esperas
mi último besarte ante la tumba.
También mi beso joven
descansa en Ti de la incesante lucha.
Fuente: Jorge Blajot. Sacerdote jesuita.
Gracias, hermoso compartir, Señor , si mi cabeza hierve, haz, Señor, que te mire y te sonría. Muchas, gracias, es mi tarea para esta semana, cuento con su gracias.
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